La milanesa que consumimos en México, y que es la estrella de las típicas tortas de milanesa, sigue la tradición compartida con el resto del continente americano: un bistec de carne de res o pollo, que es empanizado y frito. Una buena milanesa debe pasarse por harina, huevo, después por pan molido y finalmente se fríe.
Pero el origen de esta preparación no está muy claro. Y es que, aunque su nombre te dé pistas de un posible gentilicio, esta deliciosa receta no es de origen milanés ni italiano; tampoco es del cono sur del continente americano, a pesar de que allí es muy popular.
Varios investigadores gastronómicos e historiadores aseguran que los primeros registros que se tienen sobre la milanesa datan de 1831, en una mención en un libro de cocina que hace referencia a un plato austriaco conocido como Wiener Schnitzel (bistec vienés). Debido a la invasión de Austria a Italia, la receta migró a ese país. Cuando los inmigrantes italianos llegaron a Sudamérica, portaron consigo sus recetas y adaptaron la milanesa a como la conocemos actualmente.
Milanesa a la mexicana
A diferencia de países como Argentina o Uruguay, donde es muy popular la milanesa napolitana, la versión mexicana no suele servirse con puré de tomate, queso y jamón. En las fondas y restaurantes mexicanos, suele llevarse a la mesa como plato principal y se emplata con alguna guarnición, que puede ser arroz, guacamole, puré de papa, papas a la francesa, ensalada verde, ensalada rusa y/o frijoles. Sin embargo, la creatividad tan distintiva de los mexicanos ha llevado a este platillo a otro nivel, especialmente en la zona centro del país. Los chilangos, con su fama de meter en un bolillo todo, no dejaron fuera a la milanesa.
Tortas de milanesa, un punto de partida para crear
La torta de milanesa, además del ingrediente estrella, necesita de la mayonesa –como Cocineros Bon Sabor®, de sabor y textura única– para que aporte humedad al platillo, una embarradita de frijoles en las capas interiores de la telera, algún picante (chipotle o jalapeño), queso o quesillo –dependiendo del gusto del cliente y el presupuesto– y rebanadas de jitomate, aguacate y cebolla. Tiene como ventaja que, por su versatilidad, puedes agregar o quitar ingredientes, experimentar con tu creatividad y servir tortas de milanesa que sólo se vendan en tu negocio.
El secreto detrás de un empanizado perfecto
Además de seguir el marinado que te comentamos arriba, es importante que siempre consigas ingredientes profesionales y de buena calidad para lograr el empanizado perfecto de tus milanesas; desde los huevos, la carne, y por supuesto, el pan molido. ¡Tus clientes valorarán el empanizado bien adherido!
Knorr® Professional Empanizador es un producto con el que conseguirás empanizados crujientes, sin necesidad de agregar sal a la proteína que vayas a empanizar (en este artículo puedes revisar las diferencias entre empanizar, capear y rebozar). Esto te permitirá estandarizar el sabor de las milanesas que cocines, así como los procesos de preparación. Igualmente, al momento de freír, obtendrás un color y textura ideal. Si quieres darles un toque extra a tus empanizados, puedes agregarle hierbas y especias, o queso parmesano rallado.
Además de la practicidad y estandarización que te permitirá, Knorr® Professional Empanizador es muy rendidor. La versión de 1kg te permitirá empanizar entre 7 y 8 kg de carne de acuerdo con la recomendación de uso.
Otros platillos con milanesa de pollo y milanesa de res
La milanesa no solo tiene su propia torta, además se ha colado en algunas otras preparaciones:
- Algunos puestos de comida ofrecen, por ejemplo, tortas de chilaquiles con milanesa de pollo, algo que puedes probar en tu menú.
- La milanesa también se come en taco; suele acompañarse con mucho limón y salsa, para que los bocados no estén tan secos.
- Otras ideas para cocinar la milanesa de pollo en tu negocio de comida es la pechuga a la cordon blue, un clásico francés: pechuga empanizada y rellena de queso y jamón.
- Prepara un sándwich de pollo crispy con una milanesa de pollo, Hellmann’s® Aderezo Ranch, lechuga, jitomate, tocino y aguacate.
- ¿Por qué no hacer unas milanesas rellenas de rajas y queso? ¿O una milanesa de pollo bañada en mole negro? ¡Anímate a experimentar!
Puedes incluir algunas de estas opciones en la carta fija de tu restaurante, o programarla una vez a la semana o cada quince días para tu fonda de comida rápida.
Ahora ya sabes cómo obtener una consistencia crujiente en las tortas o tacos de milanesa, o simplemente cuando quieras servir milanesas de res o de pollo con una ensalada fresca.